Resurrección de una flor
La sombra fue
como la luz de la noche
prendió sin quemar
el deseo del cuerpo de mujer.
El reflejo
como la mirada de ella,
fue la conjunción
del calor del metal y azúcar.
Entre las pestañas
hay una lluvia
apaga el fuego
de los ojos.
Resucite
en su mirada de noche
Resucite y
con sus besos me dejé quemar.
¡Cuánta belleza en tus palabras! Gran trabajo. ¡Un saludo!
ResponderEliminarGracias por tu crítica. Un saludo también para ti, César. ¿De dónde eres?
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